El fraude de clics que nace en oscuras “granjas” de países como China y Bangladés ha llevado a compañías como Unilever a reorientar sus estrategias publicitarias para ser más efectivas.
Unilever, multinacional que cobija marcas como Dove, Rexona, Axe y Sedal, anunció a finales de marzo que conformaría una red de expertos en publicidad para tener mayor control sobre sus anuncios en línea y garantizar que quienes los vean sean personas reales, no robots.