Al finalizar este año las marcas multinacionales aumentarán su gasto en marketing de influencia hasta un 65%.
Es evidente que en el mundo hay un boom del “marketing de influencers”, es decir, las estrategias que usan a reconocidas figuras dentro y fuera de las redes sociales como los protagonistas de contenidos que buscan impactar en audiencias deseadas.
Actualmente, son miles las personas que se dedican a este oficio y cada vez se debate más el uso efectivo de esta tendencia en las estrategias de las marcas.
En la actualidad países como Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Francia, Italia, Suecia, ente otros, ya cuentan con lineamientos en autorregulación que buscan garantizar una comunicación transparente por parte de influencers, teniendo en cuenta su participación en la mayoría de las campañas de mercadeo. Según los resultados de una investigación de la Federación Mundial de Anunciantes (WFA), al finalizar este año las marcas multinacionales aumentarán su gasto en marketing de influencia hasta un 65%.
A pesar del tiempo que lleva la tendencia, todavía hay aspectos que no son claros para su uso. Puede suceder que por vincular, por ejemplo, al twittero de moda, teniendo en cuenta solo su alcance, no se evalúe si este personaje representa los valores y objetivos que tiene la marca y si el mensaje que se quiere transmitir va a llegar efectivamente. Por ello, es importante que reflexionemos y antes de plantear las estrategias digitales, tengamos presentes tres conceptos importantes para la comunicación de la marca: la credibilidad, la reputación y la calidad del contenido.
Bajo esas tres características que aseguran la estabilidad, el crecimiento y el éxito de todo anunciante, debería ser evaluado el influenciador con el cual se decide trabajar. Ya algunas multinacionales están empezando a usar estos criterios para decidir cuál será la estrategia de marketing que adoptarán y sus experiencias han sido la base para la elaboración de una guía de la WFA que busca impulsar las buenas prácticas e incentivar un ecosistema más seguro en el tema, sobre todo, para los consumidores.
Pero además, actuar bajo estas lógicas también garantizará que la inversión que se le está haciendo a los influenciadores es realmente efectiva. Como lo ha señalado Stephan Loerke, CEO de WFA, “el marketing de influencers solo será efectivo si los consumidores pueden confiar en los influenciadores al declarar relaciones pagas y los especialistas en marketing pueden confiar en que están llegando a personas reales, no a bots”.
Alineados con este mensaje, vemos que es necesario que las marcas se comprometan a hacer más riguroso y exigente el proceso de selección de los embajadores de sus productos y que doten al público y a los consumidores de toda la información necesaria para que ellos puedan hacer elecciones en total libertad; esto es, informarles, por ejemplo, que determinado contenido anunciado está siendo patrocinado y dejando claro que se trata de una campaña comercial.
Sin duda, hay que aprovechar todas las ventajas que, para una marca, tiene trabajar con influenciadores: estos saben cómo hablar con sus audiencias; crean contenidos propios, originales y ya segmentados para públicos específicos. Pero, hay que escoger bien para invertir en personas que ayuden a cumplir los objetivos de cada anunciante y que a la vez, desde la industria, se contribuya a establecer estándares para que esta tendencia sea cada vez más profesionalizada.
Desde la Asociación Nacional de Anunciantes velamos por las mejores prácticas en comunicación comercial, esto implica no solamente la promoción y aprovechamiento de las técnicas más actuales de la publicidad sino también, su implementación con los más altos estándares éticos y de autorregulación en pro de garantizar una comunicación verdaderamente alineada con el mensaje de la marca, su reputación y la calidad de lo que se está anunciando.
Por: Elizabeth Melo, presidente ejecutiva de la Asociación Nacional de Anunciantes.
Fuente: https://www.dinero.com