El ad blocking, una práctica frecuente también entre los marketeros.
Aunque la industria publicitaria es la primera en quejarse del creciente uso de ad blockers, ni siquiera los profesionales escapan a la tentación de bloquear anuncios. Uno de los mayores problemas que encara la industria publicitaria es el auge del ad blocking.
La mala calidad y escasa personalización de los anuncios en internet lleva a los saturados y enfadados usuarios a utilizar cada vez más sistemas de bloqueo que eliminen la molesta publicidad y les permitan disfrutar de una mejor experiencia de usuario.
Pero este mal del que tanto se quejan los marketeros también es alentado por el propio sector. Así lo reflejan los datos de una encuesta realizada por la compañía Pressboard a 103 agencias, publishers y marketeros norteamericanos en agosto de 2018 y que recoge eMarketer.
Los resultados señalan que el 27,2% de ellos reconoce utilizar ad blockers para suprimir los anuncios en las webs que visitan, un porcentaje muy llamativo teniendo en cuenta que entre la población general las previsiones de uso de bloqueadores se sitúan, este 2018, en un 25,2%.
Además, al igual que los consumidores, los profesionales del marketing y la publicidad tienden a fiarse antes de los amigos que de los anuncios a la hora de decidirse por la compra de un producto.
Más concretamente, para el 78,6% de los encuestados los amigos son la primera fuente de consulta a la hora de comprar un producto, seguido por la búsqueda en internet (69,9%), el social media (63,1%) y los artículos (60,2%). Por su parte, los banners se sitúan en última posición con tan solo un 15,5%.
Para más inri, a la hora de consumir contenidos, sus hábitos no difieren de los usuarios que no se dedican al sector, con el 80% de los profesionales afirmando saltar los anuncios que aparecen en series o películas, dato muy similar al general que se sitúa entre el 65% y el 90%.
Una situación que da buena cuenta de la urgente necesidad de mejorar las prácticas publicitarias y que pone en evidencia la gravedad de la cuestión cuando ni los marketeros quieren ver su propia publicidad. Aunque ya sabe, en casa del herrero…
Fuente: https://www.marketingdirecto.com