Abruma la velocidad vertiginosa con la que avanza el mundo digital y sus respectivas herramientas para los negocios en general y para los del turismo en particular. Su expansión ha sido exponencial y su impacto universal en la última década, al punto de que hoy en día es difícil imaginar un viaje de turismo sin haber navegado previamente por internet.
Cada día aumenta el número de quienes toman las decisiones apoyados en aplicaciones móviles, que se dejan guiar por las experiencias de otros y que compran en línea. Lo básico, lo mínimo y elemental es estar en línea, contar con un espacio web y compartir información pertinente y veraz.
El turismo se encuentra entre los 10 sectores del mercado que más gasta en publicidad digital, por lo que el mercadeo en este sector es una inversión obligatoria y va desde la posibilidad de tener un blog efectivo hasta lograr acceso a la tecnología big data, que es un concepto cada vez más difícil de definir por la complejidad y evolución de su alcance, pero que para efectos prácticos significa tener acceso a información personalizada, muy analizada, de valor comercial y carácter estratégico para identificar lo que es, quiere, puede y necesita un cliente para focalizar el servicio.
El big data garantiza, en segundos, mediante el análisis de océanos de información y el cruce de incontables variables, que la oferta se ajuste a la demanda, a los gustos y a las necesidades de los viajeros.
Un dato contundente es que es una enorme mayoría de los usuarios prefiere usar Google. Con Google Maps, Google Business o Google Analytics se tiene acceso a un gran abanico de opciones, optimizar la estrategia digital y mejorar el posicionamiento.
Los usuarios son cada vez más minuciosos en la medida en que la oferta se hace más amplía, por lo que la personalización ha derivado en micro-nichos, donde prima la calidad sobre la cantidad. Además, una de las últimas tendencias confirma que un número considerable de viajeros suele tomar decisiones de última hora ya en el destino: dónde alojarse, dónde comer, dónde divertirse. Hay que estar en línea.
Y en la medida en la que se especializa la oferta y la demanda, la comunicación se hace más necesaria: los blogs siguen siendo ventanas de difusión influyentes y existen diversas plataformas de código abierto que te permiten crear un blog de forma fácil (como WordPress o Joomla).
Las redes sociales son preponderantes. Instagram lleva la delantera, pero Facebook ofrece diversas opciones novedosas. Para enviar correos electrónicos, Mailchimp es de las opciones más efectivas y fáciles de usar, además que es gratuita hasta por 2.000 contactos.
Los newsletters, los videos, las infografías, imágenes, íconos, elementos de diseño e incluso la posibilidad de crear contenidos muy especializados de productos diferenciados y producir libros virtuales (Ebook).
Presentaciones, webinar, liderazgo en las comunidades, interacción y todo lo que permite el desarrollo de las tecnologías es aprovechable y fundamental para el conocimiento de las tendencias y los perfiles.
Pero todo eso necesita tiempo, recursos humanos y dinero; es una labor dispendiosa, permanente que no produce resultados inmediatos, que requiere trabajo persistente y perseverancia.
Es tiempo de capacitar, invertir y promocionar a través del mercadeo digital. actualizarse y usar las tecnologías para lograr vender.
Fuente: https://www.larepublica.co